sábado, 22 de octubre de 2016

DESEOS

No perder el camino, ni el fuego, ni sus sombras ondulantes. 
No olvidar el mar, el río, las montañas y la tierra.
Enamorarnos.
Que siempre haya mapas y tinta y libros de papel.
Detener las máquinas para contemplar el firmamento.
Seguir aprendiendo. Aprehendiendo.
Barrer la monotonía de las calles.
Que, si me olvido, me enseñes de nuevo a soñar.
 Vaciar de enfermos los hospitales.
Y de crímenes las calles.
Escuchar la quietud del día mientras nace.
 Abrazarnos en esa hora en que la luz y el tiempo son etéreos.
Construir una góndola y navegar por los canales de los versos en las noches de poesía.
La ternura en los labios, en los besos.
Dibujar sonrisas en los paisajes tristes.
Curar de dolor el amor.
Una canción desconcertante de sensaciones.
Seguir sorprendiendo.
La música.
Tu risa.
Pasatiempos en la nubes.
Cruzar de tu mano el umbral de Fantasía.
Pintar miles de soles para borrar todas las sombras.
Que siempre haya magia en las dibujos de los niños.
Aullar a la luna llena.
Recorrernos la piel y las venas.
El primer llanto al nacer de los días tímidos.
Que siempre quede un remanso que alivie los desencantos.
Empaparnos del estremecimiento de unos ojos bohemios.
Que te quedes para siempre.
Atesorar el tiempo intangible entre las manos
Un pincel rebosante de colores y los bolsillos... de ilusiones.
La inocencia.
Ninguna lágrima en los ojos de los niños.
Atardeceres tranquilos.
Salas de espera vacías y corazones llenos.
Que me perdones los errores y los horrores.
El génesis naciendo de cada orgasmo.
Las aulas siempre abiertas y llenas de alegría, vino y filosofía.
Dejarnos llevar.
Cerrar los ojos y señalar un punto en un mapa al azar.
Baudelaire en todos los discursos e investigaciones.
Maestros y alumnos jugando juntos en los recreos.
El arte.
Esas noches soleadas y esos días bajo la luna.
Y las estrellas.


 Que siempre lluevan tardes de verano en la tenue luz de las alcobas.
Arroparnos las entrañas.
Ser tan solo culpables de no tener ninguna culpa.
Que los miedos sean fugaces.
Poder volar en pajaritas de papel.
Envolverme en papel de regalo para ti.
La extinción de las guerras y las cárceles y los zoológicos.
Miguel Ángel esculpiendo las formas de las ilusiones.
El interior de Lothlórien en tu mirada.
 Hacer de la razón nuestra locura.
La crucifixión de todos los sistemas, de todas las leyes, de todos los gobiernos.
Dormir siempre con un libro bajo la almohada.
Y con tu cuerpo entre mis brazos.
Tener siempre un alma que acariciar.
Un corazón que cuidar.
Un amor que alimentar.
La paz en todo y en todos.
Que las canciones y la poesía suenen en cada rincón del Universo.
No enfermar nunca, salvo de pasión.
Escribir relatos a la luz de las velas, velando, desvelando y revelando nuevas letras.
Finales felices en todos los diagnósticos.
Un viaje. Todos los viajes posibles.
Que la suerte sea buena para los pobres y afligidos.
Miríadas de rayos de luz en los tejados del mundo.
Oler la dulzura de las plantaciones de vainilla.
Abrigar el ánimo y el desamparo.
Un alma. Todas las personas.
Mecernos en los columpios cuando nadie nos vea.
Una pandemia universal de libertad.
Dormir bajo el cielo raso
Contar sus estrellas.
 Hacer manitas en cualquier sala de cine.
Un escondite mágico en cada lienzo y cada cuadro.
Una mirada extasiada plena de felices sentimientos.
Tejernos un jersey para el invierno con los hilos del arco iris.
Tumbarnos boca arriba mientras el día pinta amaneceres en el techo.
Un sinfín de mundos sin fronteras.
Y que siempre, en cualquier lugar, en todos los lugares, haya alguien que sueñe, que cuide, que cure, que proteja, que escuche, que cante, que baile, que enseñe, que construya, que invente, que entusiasme, 
que acaricie, que acompañe, que ría... y que ame.


Juanma - 22 - Octubre - 2016



                                                                                                 

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