viernes, 4 de abril de 2014

CAUSAS Y EFECTOS

Desperté. Pero no fue como siempre porque, de repente, no sentí ganas ni necesidad de levantarme de la cama; tan sólo abrí los ojos y me aferré con fuerza a las sábanas, repasando todas aquellas anotaciones mentales de lo que debía ser mi día, de lo que se suponía debía llegar a ser, con las fuerzas arrebatadas y los ánimos vacíos, dejando escapar el tiempo del reloj por las rendijas de la ventana: así, ni más ni menos, así vi discurrir la mañana, alejándose con la fría indiferencia del tren que se aleja de la estación y se nos escapa.

Creí que aquella sensación se alejaría pronto, que se quedaría tan sólo lo que dura lo fugaz de un instante, que sería un febril estado pasajero; pero al levantarme comprobé que mis piernas apenas podían sostenerme en pie, que ya no me soportaban, que mis manos estaban tan cansadas y torpes como ellas y que en mi pecho parecía haber una pesada losa que obstruía mi tórax dificultando la respiración.

Creí que tan sólo sería un instante, breve como un suspiro, pero mis pasos no me acompañan, se vuelven lentos, se tornan torpes y pesados y apenas son capaces de llevarme hasta el cuarto de baño donde el espejo, sucio y polvoriento como si llevara años sin limpiarse, me devuelve el reflejo de un rostro que no reconozco, un rostro ya marchito y ajado que me muestra una mirada fría y distante; entonces, solo entonces atisbé a captar, y comprender, que ese instante, ese efímero lapso de tiempo que supuse sería corto, se revelaba ahora en eternidad.

Me puse mi máscara, aquel gastado antifaz de sueños perdidos y errantes, y salí a la calle, al mundo, al universo infinito; entonces me vi reflejado a través de sus ojos, igual de cansados y hastiados, igual de olvidados, y la interrogante, la pregunta que tanto tiempo llevaba rehuyendo, surgió:

¿Acaso no seremos todos corazones rotos, esperanzas truncadas, paseando sin rumbo ni dirección sonrisas enmascaradas, protegiendo un alma herida y destrozada?

Y quizás sea dicha protección la que me provoque esta inseguridad, este ancestral miedo que me negará la oportunidad y me privará del privilegio de conocernos.

Y tristemente... continuaremos siendo ese par de alas que vuelan en direcciones opuestas, ese par de corazones rotos usando máscaras hermosas y bellos disfraces, ocultando dos almas que se privaron del derecho a amar...


Juanma - 4 - Abril - 2014

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