lunes, 21 de abril de 2014

HORIZONTE

Intento caminar y tropiezo; no quiero ver pasar el tiempo, es preferible apoyarme en el vacío y esperar a que pase el viento para suplicarle un par de alas con las que batir el vestigio de mi pasado, junto a las rosas y las espinas, allá donde el sol se compadece de aquellos insolentes girasoles que un día le miraron con ironía a la cara sin saber que su futuro era breve, que morirían en tan sólo un latido del cielo, iluminados por la oscuridad y la soledad y tal vez el polvo del camino...

Yo también estoy en el camino; en el de siempre no, en el otro: creyendo que es el bosque, y soñando que es el mar y no el asfalto, el que abrasa mi destino y derrite las suelas de mis botas. No quedan espejos donde pararse a contemplar los reflejos y regresa a mi retina la grieta del día engullida por la oscuridad...

Me repliego donde antes, donde nunca; en la última pincelada apenas perceptible del horizonte, y todavía alcanzo a sentir unas uñas arañando mi espalda, unos dientes mordiendo mi cuello, y tengo motivos de sobra para no pensar en nada más, o para pensar en blanco...

Porque pensar en negro es otra cosa más oscura y diferente; y la carne y los huesos con sus preguntas y conjeturas señalan entonces tan sólo hacia arriba, donde no habita nadie ni sobrevive nada, y donde mi destino no es ya otra cosa que el parpadeo de una mirada apagada que quiere volver a brillar...

Juanma - 21 - Abril - 2014

viernes, 11 de abril de 2014

ENTROPÍA

Se acercó despacio, así como difuminado y a cámara lenta. Se sentó de manera tan sutil que pareciera querer hacer notar al universo que lo que más deseaba en el mundo era esquivar su propia presencia. Quería decirles, aclararles, hacerles saber lo poco que se sentía, y lo mucho menos que en realidad era. Deseaba permanecer mudo, quedarse callado para evitar aquel comentario desdeñoso, aquella sonrisa desganada, todas sus miradas huidizas...

Se embarcaba en un viaje astral en cada paso que daba; intentando imaginar cómo sería la vida de haber nacido tan sólo un par de siglos más temprano, en un amanecer rosado, en un mundo dorado, y con un silencio cómplice recién estrenado... de esos que resultan ya imposibles de conseguir bajo la bóveda celeste, no hablemos ya de la órbita terrestre.

La evidencia resultaba insultante, sólo faltaba grabarla y reproducirla. Sus labios sellados en una mueca trágica por el sentimiento de culpa y sus ojos vidriosos, anegados en tristeza, lo señalaban... y le dejaban desnudo. Se empeñaba en dejar solo al vacío, en vaciar los huecos, en rellenar la nada...

El desorden se hizo tan evidente que se convirtió en orden; resulta inconcebible cómo la gente se empeña en manipular el ambiente según convenga, o según la situación. A veces se actúa dramatizando, haciéndose la víctima, culpándonos de todo lo sucedido, desde el mismo génesis hasta el inminente apocalipsis... dibujando a nuestros seres queridos y cercanos el más cruel retrato de nuestra propia miseria e invitándoles a que le den color a su gusto.

En otras ocasiones procedemos minimizando, atenuando y escondiendo lo insoportable que nos resulta el sentido de nuestra existencia; trivializando, lamiendo la herida, cerrando el paraguas bajo la tormenta y tapándonos los oídos ante el inminente restallido del trueno.

Al final todo desemboca en el caos, en la confusión; nos adentramos en una selva peligrosa y oscura donde cada cual dicta y sigue sus propias leyes y actúa al son de sus argumentos inventados (es tan, tan siniestra y oscura que no alcanzamos a vislumbrar las lágrimas de nuestros propios ojos). La oscuridad avanza implacable, sin dar tregua, se expande hasta el infinito y nos asfixia, nos arrebata el oxígeno y deja sin aliento... y el terror, ese miedo más primitivo y ancestral del ser humano, aquél con el que fuimos abandonados al mundo, llega con agilidad y premura hasta el rincón más oculto y preciado de nuestra alma, fundiéndose en un sólo ser con ella y haciendo de ambos un pozo turbio, fangoso, sucio... un lodazal donde ya no valen ni dicen siquiera nada aquellas miradas al vacío que a veces solían decir tanto.

La desesperación se extiende alrededor, se propaga por todos los poros del cuerpo, y ya sólo genera manos frías y temblorosas, lágrimas amargas y extrañas figuras encapuchadas a lo lejos, siniestras y encorvadas... hasta que aparece en algún hueco desconocido de nuestro yo una pequeña entidad con vida propia que brilla con una luz maravillosa y que se atreve a gritarnos:

                                                                
                                                                                     "¡¡¡BASTA!!!"

Juanma - 11 - Abril - 2014

viernes, 4 de abril de 2014

CAUSAS Y EFECTOS

Desperté. Pero no fue como siempre porque, de repente, no sentí ganas ni necesidad de levantarme de la cama; tan sólo abrí los ojos y me aferré con fuerza a las sábanas, repasando todas aquellas anotaciones mentales de lo que debía ser mi día, de lo que se suponía debía llegar a ser, con las fuerzas arrebatadas y los ánimos vacíos, dejando escapar el tiempo del reloj por las rendijas de la ventana: así, ni más ni menos, así vi discurrir la mañana, alejándose con la fría indiferencia del tren que se aleja de la estación y se nos escapa.

Creí que aquella sensación se alejaría pronto, que se quedaría tan sólo lo que dura lo fugaz de un instante, que sería un febril estado pasajero; pero al levantarme comprobé que mis piernas apenas podían sostenerme en pie, que ya no me soportaban, que mis manos estaban tan cansadas y torpes como ellas y que en mi pecho parecía haber una pesada losa que obstruía mi tórax dificultando la respiración.

Creí que tan sólo sería un instante, breve como un suspiro, pero mis pasos no me acompañan, se vuelven lentos, se tornan torpes y pesados y apenas son capaces de llevarme hasta el cuarto de baño donde el espejo, sucio y polvoriento como si llevara años sin limpiarse, me devuelve el reflejo de un rostro que no reconozco, un rostro ya marchito y ajado que me muestra una mirada fría y distante; entonces, solo entonces atisbé a captar, y comprender, que ese instante, ese efímero lapso de tiempo que supuse sería corto, se revelaba ahora en eternidad.

Me puse mi máscara, aquel gastado antifaz de sueños perdidos y errantes, y salí a la calle, al mundo, al universo infinito; entonces me vi reflejado a través de sus ojos, igual de cansados y hastiados, igual de olvidados, y la interrogante, la pregunta que tanto tiempo llevaba rehuyendo, surgió:

¿Acaso no seremos todos corazones rotos, esperanzas truncadas, paseando sin rumbo ni dirección sonrisas enmascaradas, protegiendo un alma herida y destrozada?

Y quizás sea dicha protección la que me provoque esta inseguridad, este ancestral miedo que me negará la oportunidad y me privará del privilegio de conocernos.

Y tristemente... continuaremos siendo ese par de alas que vuelan en direcciones opuestas, ese par de corazones rotos usando máscaras hermosas y bellos disfraces, ocultando dos almas que se privaron del derecho a amar...


Juanma - 4 - Abril - 2014

martes, 1 de abril de 2014

LA BOCA DEL LOBO

Si pudieras sondearme a través de mis palabras...
¿Qué pensarías?
Si pudieras describirme a través de mis versos...
¿Quién sería?
Si pudiera darte un trocito de mundo...
¿Con cuál te quedarías?

Alguien trazó un garabato en el destino
Y con sólo eso y nada más
El mundo definió quién soy
Y me abandonó aquí y ahora
El corazón, el alma, el pasado, el mañana
Punto por punto
Palabra por palabra
Traté de simular indiferencia
Pero no lo conseguí
Y entonces ella se detuvo. Se giró
Dejó de analizar aquel garabato del destino
Su abrazo triste. Su tacto frío
Su mirada tan lastimera
Su voz entrecortada

Si pudieras definirme a través de un garabato...
Tal vez suspirarías, cogerías aire y dirías:

"Hay un recuerdo que te hace retroceder
Y un sentimiento que no te deja avanzar
No creces
Delimitas el pasado del presente
Y condenas el presente del futuro
Te pasó algo terrible
Pero no quieres decirle adiós"

Eres sabia.
Y eres valiente. Y audaz
Quizás demasiado
Al borde de la locura tomas mi mano
Y me arrastras contigo

Si pudieras explicarlo con tan sólo cuatro palabras...
¿Qué dirías?

Juanma - 1 - Abril - 2014