lunes, 30 de diciembre de 2013

FIN DE AÑO

Abrí el libro...

Abrí el libro que acababa de escribir. Y volvía a estar en blanco. Tan pulcro e inmaculado como antes de sembrar en él la semilla de la primera letra. Todo lo que mi imaginación había depositado allí con esmero y cuidado, había desaparecido; se había esfumado como tragado por la nada. Pero aquello no me produjo asombro. Ni siquiera tristeza o preocupación. Porque me dio la sensación de que aquellas páginas necesitaban y pedían a gritos una gran historia. Podría ser la mía o la de cualquier otro; pero una gran historia. Y si aquellos márgenes y esquinas se habían tragado la anterior, es sin duda porque no lo era. Así que no había más remedio que empezar de nuevo. Con paciencia. Con cariño, con cuidado y esmero. Y con algo más. Quizás con alma...

No quedé muy satisfecho con el comienzo, pero después me di cuenta de que el libro escondía algo único, maravilloso y especial entre sus hojas. Necesitaba sacarlo de allí, pero ¿cómo? Entonces rebusqué entre aquella maraña de palabras y frases sin sentido que no me acababa de convencer. Seguí y seguí escarbando hasta que cavé un profundo agujero. Las letras, poco a poco, se desvanecieron, vaciándose hacia el interior de aquel pozo como si un manantial de tinta mágica se hubiese vertido hacia el corazón del libro. Tal vez en el fondo se trataba de eso, de magia... 

El libro, totalmente pálido y ausente de tinta y color, me desafiaba a que yo escribiera nuevamente en él, me pedía que le insuflara vida. Que rescatara su historia de la muerte. Y del olvido. Pensé que lo mejor era ponerse a escribir y dejar de buscar musas. Al fin y al cabo, la imaginación no siempre viene de la mano de esas brujas. Así que seguí intentando descifrar lo que escondía aquel misterio en blanco, ese abismo de vacío que tanto me pesaba. No sé si fue la eternidad del momento, o si en cambio fue recuperar verdaderamente mi alma, pero parte de mis recuerdos se posaron en ese agujero para siempre, llenándolo al fin... 

En fin, la magia y el duende de escribir o crear una historia, y de que alguien la lea. Siempre es importante para cualquiera depositar nuestra confianza en alguien. Y que ese alguien, tal vez, la deposite también en nosotros. Arriesgarse. Luchar. Coger los pensamientos y sentimientos de uno mismo, empaquetarlos, ponerles un hermoso lazo, y confiárselos a otra persona para que pueda atesorarlos, guardarlos...y cuidarlos al fin. Y tal vez reflexionar. Liberarse. Soñar...

Juanma - 31 - 12 - 2014

miércoles, 25 de diciembre de 2013

TSUNAMI


Era una ola. Una ola con aires de tsunami que hacía temblar la casa de la playa, que hacía crujir las maderas y se llevaba consigo las esperanzas, los sueños y las almas. Era una ola que entraba por cada abertura y sumergía el piso, los libros, los muebles...

Era una ola que aterraba a ese muchacho que siempre está conmigo y no conozco; esa muchacho que siempre grita y solloza como si el abismo se le cayera encima.

Mojado de los pies a la cabeza, asustado pero entero, me anclaba a un mueble con un cordel y una argolla de metal. Alguien más se aferraba a esa argolla conmigo y, aunque todo caía y se cimbreaba en la marejada telúrica, yo dialogaba con el agua, sin negar la fuerza y sin dejarme arrastrar.

Y el mar me arrastraba lejos, a la orilla del alma, al acantilado de la soledad. Una soledad que no me es extraña, no me resulta desconocida...y que jamás me esquiva.

La soledad es como el tiempo: relativa. Y jodida, cuando quiere. El corazón me susurra: "ya no me duele tanto sentirme solo". Eso significa que ya duele menos el nombre con el que bautizó a su soledad. 

Porque el verdadero problema son los nombres.

Y porque cuando decimos que nos duele la soledad, lo que casi siempre sucede es que nos atormenta una ausencia.

Eso es al menos lo que nos queda de las esperanzas que mueren sin apenas llegar a nacer.

A veces estamos solos porque tenemos una puñalada en el corazón con una huella digital. Estamos solos porque allá donde mires ves un fantasma, porque hay espejos terribles en cada esquina, reflejando lo que ya no va a pasar.

Porque uno puede ser un circuito cortado, una conexión estropeada, una foto en blanco y negro. Uno puede ser alguien que ya no existe, o que se deshace en jirones de niebla, o que se arruga hasta no poder leerse ni una puta vocal en su abecedario.

Pero otras veces uno es algo o alguien mejor. Otras veces eres una novela entera, y tiene sentido. Otras veces eres una luz que se desliza y brilla y resuena. Otras veces te despiertas y hay amigos que te invitan a desayunar o poemas que te dibujan una sonrisa en la cara y no te dejan dormir.

Y no te quedan más ausencias en el pasado. Ni se vislumbran en el futuro.

Y no te queda ninguna lágrima pendiente en la nómina de llantos. Esas veces, si cierras los ojos, te encuentras a ti mismo abrazándote cuando alguien te dice soledad. Entonces le soplas un beso en la nariz a esa palabra extraña, y ella se ríe contigo; callada y quieta. Y te promete no volver a desatar pesadillas en el mar de tus sueños nunca jamás. 

Era una ola. Una ola con aires de tsunami. Una ola que, sin embargo, no logró empapar mis ilusiones ni arrastrarme al océano de la desesperanza.

Y así, soñando con olas, despertando perdido y a la vez eufórico, fue que aprendí por fin a nadar.

Juanma - 20 - Enero - 2012

sábado, 21 de diciembre de 2013

UN SENDERO HACIA TU EXISTENCIA

Un sendero. Esta mañana encontré un sendero hasta tu existencia y desenterré recuerdos, y desempolvé  tus cartas, que ya parecen de hace un siglo. Leo lo que escribías en el ocaso del otoño y el amanecer de la primavera y me vuelvo a sentir vivo y mágico, como entonces. La corriente brutal de tus palabras vuelve a arrastrarme en estos días de invierno, y llueven piedras y espinas en este cauce del recuerdo.

Te quise. Y hoy que tomo estas páginas olvidadas entre mis manos, vuelvo a quererte y a maldecir por lo que  pudimos haber sido y no fuimos. Por la caricia que no di a tiempo, por la generosidad que no te regalé, por el silencio que no supe cultivar cuando era el instante de callar. Noto los ríos de sangre que me conectan con la vida, con aquellos maravillosos paisajes en los que lo único verdadero eras tú, porque todo lo demás era posible en otros sitios.

Eras una rebelde, me lo susurraste al oído tantas veces. Pero jamás imaginé que fueras también una suicida. Cómo iba yo a saber que en el concurso de tu existencia se sorteaba también mi propia muerte. Emprendí la huida con pasos vacilantes y tú desapareciste en la dirección contraria, más rápido que el olvido. "Es absolutamente necesario que no te muevas ni un milímetro", debí haberte gritado entonces, aunque ya era tarde, como siempre que se quiere limpiar dignamente un estropicio...o tapar con una mano las sombras.

No queda mucho en los armarios. Mucho menos dentro de los cajones. Tal vez el olvido se complete con este recuerdo sonriente, con este buscarte sabiendo muy bien que no estarás; y quererte otra vez, quererte siempre, de la cuna a la tumba, como un arqueólogo insaciable que encuentra, incompletos, los restos de una ruinas prohibidas. Tomo este esqueleto y puedo, si pego mi oído, escuchar todavía la respiración de la carne, los latidos del corazón...

Entre la tristeza y la alegría del ayer ronda tu fantasma. Entierro tus cartas. El mañana no puede recorrerse nunca mirando hacia atrás, hacia los caminos del pasado y los callejones del recuerdo.



Juanma - 15 - Noviembre - 2011

jueves, 19 de diciembre de 2013

TU ESTELA

Se acercan, al compás de la música, tus alegres ojos bellos,
que junto a ti me llevaron, volando y soñando,
para poder, un eterno instante, nadar entre ellos, 
mas yo entre miles de laberintos te seguiré buscando.

Surge el amor, muy de vez en cuando,
y aunque sueños tienes y libre es tu persona,
harías mal en dejar a alguien tu mando;
para eso tienes de viento alas y de princesa, corona.

En esta flor está encendida tu luz violeta,
de Romeo es la otra luz, cuya obra bella
fue toda para expresar la hermosura de Julieta,
que hay corazones que, para siempre, el amor sella.

En tu profundidad vi un verso que se interna,
con amor en un libro eterno encuadernado,
lo que en el resto del orbe se desencuaderna,
una belleza sin par es lo por ti mostrado.

La forma universal de esta andadura
encontré en ti, pues el verso más largo
es tu alegría al recitarlo, y mi ventura
una inmensidad sumergida en tu letargo.

Hermosos poemas de amor y tiernas prosas en romance
expresé con tanto amor, al hablar y en la mirada,
por poder sentir tu corazón tan cerca...y a mi alcance
el roce de tus labios y tu boca amada.

"Vuelve, vuelve hacia mí tus ojos santos",
desde el fondo de mi alma entoné mi cantinela:
"que por verte he recorrido pasos tantos
como noches tu recuerdo me desvela."

Me volví hacia ti, seguí tu estela,
el dulce néctar que me alimenta,
todo a babor, tras de tu vela,
el aire eterno que me sustenta.

Juanma - 12 - Junio - 1996








miércoles, 18 de diciembre de 2013

TU AUSENCIA

El tiempo resbala de los relojes, se escapa por entre las grietas, se escurre de entre mis dedos... y ya no me alcanza ni con todas las horas de esperanza que generosamente me regalan. No basta con los sueños conservados, las pinceladas de magia, los versos encontrados. No basta con los nombres que recuerdo, que invento o que pronuncio para rellenar tu ausencia.

El tiempo se escurre de entre mis dedos cuando recorro las calles y los parques en tu ausencia, cuando evoco tu figura en las nubes o creo escuchar tu risa en la melodía del viento. Cuando despierto a medianoche y no estás, cuando mis manos no encuentran tu piel, cuando busco con mis labios tus pliegues, tus sabores, tus cicatrices, cuando a mi nariz ya no la embriaga tu aroma, cuando susurro en silencio lo que recitabas en voz alta, cuando leo lo que escribimos, cuando palpo el vacío y añoro lo que falta, cuando regresas en medio de un sueño o una canción, cuando recorro geografías que invadimos y países que conquistamos, la esperanza  no me alcanza.

El tiempo resbala de los relojes... y no me alcanza. No me alcanzan los años ni me alcanza el valor. No me alegran las sonrisas ni las emociones. No me alcanza la sabiduría, no me alcanza el amor. No me duelen los llantos ni los lamentos. No me alumbra la luz, no me ciega la oscuridad. No me alcanza la ilusión, no me llega la fe, no me basta el corazón.

Me dejo llevar hundido como el ayer, gélido como el invierno; congelado de sorpresa y enfermo de abandono. Me acurruco en una acera que no me reconoce, condenado como la confesión de un reo, oscuro como el mañana que no tuvimos... y ni todas las maravillosas luces de la ciudad, ni todas las espléndidas estrellas del firmamento, me alcanzan...

Juanma - 18 - Diciembre - 2013

miércoles, 27 de noviembre de 2013

MAGIA

Llegaste a mi vida como quien sueña de madrugada, como quien abre los ojos al despertar, como quien no quiere llegar a nada. Mostraste tu interés por mis lágrimas derramadas, abriendo surcos en mis mejillas, a través del tiempo y a través de la nada. Todo contribuyó a que te contara mis penas emocionadas, con matices del color de la alegría, enmarañada, desencantada, emborronada; pero viva.  Llegaste y me llenaste de buenas palabras, de buenas intenciones y cuando me subiste a lomos del unicornio de tus sueños, instaurando en lo peor de mis noches lo mejor de tus mañanas, recordé lo hermoso que era cabalgar de nuevo. Cuando me recreo en tus miradas, cuando comparto el umbral de las sábanas enamoradas, como quien no quiere nada... el todo se convierte en aquello que nos enamora de la otra mitad, en lo único que necesitamos para continuar, para seguir en pie, para caminar...

Ya no sé si vivir de sueños es compatible con el deseo de tener las huellas de tus labios en mis labios, no sé si esa humedad compartida volverá a empapar cada movimiento, no sé si tus letras en mi cuaderno volverán a despertar mi locura, hipnotizado como ando por tus ojos desde mucho tiempo atrás. Cuando entro en esta vertiginosa espontaneidad y te encuentro dentro soy feliz; arco iris en los muebles, olor a primavera, alegres las miradas que siempre fueron nuestras, reflejadas en esa fotografía que algún día será inmortal y será eterna, entre escaparates llenos de ilusiones y calles rebosantes de alegría. Con el futuro de por medio en el camino entre tu boca y la mía, me descubro acostado en nuestra cama arropada de besos, adornada de caricias que, juguetonas, me descubren buscando ese roce de terciopelo que me producen tus dedos... desbocada la imaginación, pasión en el cuerpo, fuego en el alma; virtudes de ti rumoreadas al silencio mientras cierro los ojos y te amo en la inmensidad, resbalando por el éxtasis de tus movimientos, en un momento que se convierte para siempre en eternidad... ¡y la eternidad en magia!

Juanma - 27 - Noviembre - 2013

martes, 10 de septiembre de 2013

FUERA DE DENTRO

Recuerdo aquellos días en que no sabíamos qué hacer con nuestra vida, con todo aquel precioso tiempo que nos sobraba; nos gustaba fijar la mirada en el vacío y sentir lo inmenso de él, la locura y el infinito y los sueños a nuestro alrededor como estrellas fugaces surcando el firmamento, la rebeldía de la adolescencia… éramos jóvenes, éramos puros y limpios y cristalinos como la superficie de un lago, como el cielo despejado, como las nieves eternas de los glaciares… nosotros en todo y por todo y tras todo, dentro o fuera o dentro de fuera, sin compromisos, sin odios, sin mentiras… nunca medias tintas, o dentro o fuera o vivos o muertos, al cien por cien, sin miedos, sin trabas, sin limitaciones… la vida es bella por esto, por las luces, por las sombras y por el hueco invisible que las separa, por la magia infinita que hay entre ellas… porque somos millones de personas iguales pero distintas, acordes de una maravillosa y enorme y hermosa melodía que entre todos juntos componemos… todo lo que pudimos vivir lo vivimos, hacíamos lo que queríamos, aún hoy seguimos haciendo lo que queremos, porque aún seguimos vivos y porque a los sueños de la vida aún le faltan voluntarios…

Juanma -10 - Septiembre - 2013

domingo, 8 de septiembre de 2013

MANHATTAN

A veces los pensamientos son tan volátiles, extraños e irreales, más parecidos a una experiencia onírica que a un sabio y sensato razonamiento, que da hasta un poco de miedo insuflarles vida, sacarlos a la luz. Sólo un poco. Porque pensaba en nuestra vida en común, en esta rutina, en nosotros dos; en nuestra adicción a los cigarrillos Camel, a la vida en casa y a las series de televisión. Con frecuentes sobredosis de incertidumbre, discusiones y nubes de alcohol. Prefabricando e inventando cada uno de los besos, los suspiros, los abrazos; construyendo alas sin saber volar...

Y pienso que no tendría por qué haber sido así, ¿sabes? Podría haber sido diferente. No digo que mejor o peor; tan sólo distinto. Supongo que no en esta vida, en este siglo o en esta ciudad. Creo que de cien veces que nos hubiésemos conocido aquí y ahora, las cien hubieran acabado igual. La providencia, la suerte o la casualidad, ¡qué más da! Todas nos hubieran reservado idéntico destino, el mismo final. Pero quiero creer que el futuro o el pasado sí hubieran albergado un momento para nosotros. Quizás en otra época; tal vez en otro lugar.

A veces imagino que podría haber sido Nueva York a finales de los cuarenta. O los cincuenta. Como en una de esas comedias de Billy Wilder o Howard Hawks. Tú llevarías un maravilloso vestido negro, el pelo recogido en un moño de esos altos, un collar de perlas y gafas de sol. Como Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. Y yo…  yo seguiría llevando esta ropa ajena al tiempo, estas pintas de no sé muy bien quién soy ni mucho menos lo que me hago; y tal vez un reloj de bolsillo que me podría haber regalado algún capo de la mafia italiana o un magnate neoyorquino a cambio de unos cuantos acordes. Porque yo sería músico y tocaría la trompeta en una banda de jazz. No sería Louis Armstrong, desde luego; pero tampoco me las apañaría mal. 

Seríamos felices y viviríamos en Harlem, o en Brooklyn, pero tú me esperarías siempre en Manhattan, en la Quinta Avenida, al lado de Central Park; y ambos presumiríamos de ser de allí, de allí de toda la vida... y tal vez más. Te recogería todas las tardes en un Cadillac rojo descapotable y entonces, tú te recogerías el pelo con un pañuelo verde o rojo, da igual, y nos iríamos de fiesta, de copas... y tal vez más. Nuestra ruta sería distinta cada noche,  pero recorreríamos siempre todos los bares de jazz de la ciudad y hablaríamos con todo el mundo, como si la vida estuviera cosida a nuestros bolsillos, como si de verdad lo tuviéramos todo tan claro, como si hubiésemos nacido para no morir nunca jamás. 

Te imagino espléndida, dulce, maravillosa; con una sonrisa eterna bajo esos radiantes ojos negros, un Martini en la mano izquierda y un cigarrillo con filtro en la derecha comentándoles a los artistas del blues que nosotros éramos de allí de siempre, pero que siempre quisimos vivir un poquito más. Tú tendrías un perfecto acento inglés y yo un perfecto dominio de la trompeta. Ya en aquellas calles en blanco y negro, de camino a casa, de vuelta al hogar, te diría algo así como que la camarera rubia que se parecía a Marilyn Monroe no había dejado de mirarme en toda la noche... y que no la culpaba por ello. Tú te reirías alegre y divertida, con esa risa fresca y jovial mitad melodía, mitad brisa del mar. La ciudad, ya dormida, aún olería a la resaca de la alegría y de la fiesta y los dos pensaríamos que no había nada de lo que preocuparse, que los problemas eran cosa sólo de otros y que todas las palabras y las canciones y los sueños de mentira serían desde entonces de verdad.

Porque con el tiempo ya veríamos cómo sucedían las cosas y ya nos las apañaríamos si iban mal para cambiar el mundo un poco, también, a nuestra manera. De nuestra manera y con nuestras maneras ¿entiendes? Entonces la música sería siempre música y la poesía sería sólo poesía y podríamos cerrar los ojos y dormir tranquilos y sin culpas, ahorrándonos toda la explicación y frustración que conlleva el no poder seguir viviendo al día y el continuar teniendo sueños propios, hermosos y diferentes y el haber dejado de apostar a la ruleta rusa mucho tiempo atrás.

Sigo pensando a veces eso. Jugando un poco a eso. Imaginando todo eso. Sigo soñando e inventándome mundos alternativos sin latas de cerveza y sin ese frecuente y confuso sabor a indiferencia y humo y ceniza. Como si cualquier otra cosa fuera posible. Como si todo fuese posible. Tal vez en otra época; quizás en otro lugar. Mientras tanto, allá fuera el miedo viaja en nubes de odio, mares de codicia y coches patrulla. Y aquí dentro la rutina de los cigarrillos Camel, la vida en casa y las series de televisión augura escasa alegría, remotas esperanzas y demasiada soledad...

Juanma - 8 - Septiembre - 2013

sábado, 7 de septiembre de 2013

SUEÑOS

                       I 

Sueño de día por recordarte,
por no olvidarme de ti por si no vuelves,
vuelo de noche para tocar las estrellas
de aquellos que, como yo,
buscan también un mundo nuevo;
y sigo aquí, malgastando munición
y horas de sueño,
robando noches a los meses,
brillo a la luna
y agua contaminada de los mares,
brisa a las montañas
y verde a los valles,
como un náufrago, aferrado a una vela
que se hunde, a su bandera;
sueño contigo en mis desvelos, 
cuando duermo en el viento eres mi vuelo...

                     
















                       II

No quise ser, desde nunca,
un miembro más del gran rebaño,
naufragué y, como siempre,
tu sonrisa fue mi guía y fue mi estela,
con tus miradas de luz,
con su color, pinté acuarelas,
y el futuro qué más da,
si hoy sale el sol
y volvemos a soñar con metas nuevas,
si quemamos los poemas del pasado
y encendemos cada noche
con mil besos las estrellas...


Juanma - 7 - Septiembre - 2013


                        


jueves, 5 de septiembre de 2013

AMOR Y AGONÍA

¿De dónde le surgió esa sangre fría?
que viéndome llorar de esta manera,
conociendo el daño que me hacía
y no siendo la primera primavera
que yo con ella a gusto me sentía.




Succión de madrugada a sangre fría
la sangre de mis venas derramada,
manaron de mi alma sus mentiras,
disfraces de pasión, cruel osadía,
que escarneció mi alma enamorada.

Temprano el corazón amanecía
deshecho como el ártico en la hoguera,
durmiendo la encontré, me sonreía,
¡qué ímpetu de inercia no volviera!
sabiendo que la vida nos huía.




Los restos del amor de la agonía
murieron esa noche en mis entrañas,
dolor quedó tras despertar el día...
almas muertas, ahora extrañas,
que un día rebosaron poesía.


Juanma - 9 - Noviembre - 2010

lunes, 2 de septiembre de 2013

DESPERTANDO

Nos estrellamos, sí.
Nos estrellamos en el mismo instante en que decidimos salir a volar.
Nos estrellamos voluntariamente y no sé si reírme o llorar por ello.
Me levanto, me desnudo y me ducho.
Otro día más girando sin saber hacia dónde y tampoco sé si dar las gracias o pedir la expiación de cualquier
culpa cuya pena sea estar vivo en este mundo.
Enciendo la televisión, veo las noticias y compruebo que el mundo también se está estrellando.
¿En qué momento comenzamos a caer en picado sin apenas darnos siquiera cuenta?
Al menos eso fue involuntario.
Pero lo de querer echar a volar sin tener alas...
Eso fue un sueño maravilloso, pero también una insensatez.
Intento dormir e, irónicamente, empiezo a despertar.
Me doy la vuelta y me ves... y te veo.
Aléjate ahora que aún puedes, mi locura es contagiosa...

Juanma - 2 - Septiembre - 2013

sábado, 24 de agosto de 2013

GRACIAS


Gracias a tod@s por acompañarme en este camino. Quizás físicamente nunca podamos intercambiar un abrazo, una mirada, una complicidad más allá de lo virtual, una sensación que erice el vello o un café caliente a media tarde, pero qué más da, compartimos cosas mucho más importantes. Y son estas palabras cargadas de sentimientos las que nos unen, las que nos hacen estar cerca, en estas cuatro esquinas, en las tuyas, en las de él, en las de ella... porque no miramos sólo la frialdad de la pantalla, miramos más allá, hacia el tenue contraste de la realidad más absoluta, donde encontrar la complicidad es a veces menos aventurado de lo que parece.

Gracias querid@s loc@s por estas 10000 visitas!!! :)














Juanma - 24 - Agosto - 2013







miércoles, 21 de agosto de 2013

DIARIO DE UN NÁUFRAGO

Diario de un náufrago:

Día 16 de Julio:

“Me llamó Ricardo y estoy encerrado en el cuarto de baño de mi casa. No sé cómo relatar mi absurda situación sin que se tome a guasa. Es complicado. Escribo estas notas con un lápiz de ojos de mi mujer en un rollo de papel higiénico. Al menos podré reírme de la experiencia cuando, ya fuera de aquí, vuelva a leerla. ¿Cómo he llegado a esta situación? Voy a contarlo…
   “El día 31 de Junio llegué a casa del trabajo con un mes de vacaciones por delante. Hemos comprado un chalet nuevo en el que pensamos vivir a partir de este verano; hogar en el que me encuentro ahora cautivo. El 1 de Julio nos marchamos, como tanta otra gente, hacia un lugar de playa en la costa en busca de un merecido descanso tras tantos meses de trabajo. Dejamos a albañiles, carpinteros, electricistas, pintores, escayolistas, fontaneros y cerrajeros dando los últimos retoques a la vivienda. Mi amigo Javier prometió cuidarse de supervisar el fin de las obras, así como de ocuparse de la mudanza de los muebles y el riego de las plantas a las que Marta, mi mujer, adora con pasión, hasta el día 15, día en el que yo regresaría para ocuparme durante la siguiente quincena de poner el resto a punto. Marta se ha quedado de vacaciones en la playa con unos parientes hasta el 1 de Agosto, día en que regresará y día en el que yo intentaré que todo se encuentre listo para poder instalarnos definitivamente en nuestro hogar dulce hogar.
   “Ayer volví a casa y, para mi grata sorpresa, me encontré con todo ya terminado. Desde luego, la eficiencia de mi amigo es mayor de la que yo había imaginado. Sin duda ha realizado un espléndido trabajo. Recorrí y revisé toda la casa maravillado ante el magnífico aspecto que presentaba y, a continuación, abrí las maletas y coloqué la ropa sobre la cama. Estaba agotado tras el largo viaje, con lo que sólo soñaba con una larga, merecida y soberana ducha.
   “Finalizado el aseo, me disponía a salir del cuarto del baño cuando al girar del pomo de la puerta e intentar abrir, comprobé que no se movía. Me cercioré de que estaba instalado del lado correcto y de que presionaba en la dirección adecuada, pero el mecanismo siguió sin obedecer. Comprobé que el seguro no estaba echado, pero aun así la puerta no hacía el menor intento de obedecer y abrirse. Lo intenté en vano en consiguientes ocasiones hasta que me invadió una rabia sorda y, perdiendo la calma, tiré del asidor varias veces pretendiendo forzarlo, pero el agarrador no giró ni un solo milímetro pese a la brusquedad de mis tirones. El mecanismo se había atascado por completo. Ya hablaría de ello con Javier en cuanto saliera por no haber supervisado el correcto funcionamiento de las puertas.
   “El tirador parecía extremadamente sólido, y se introducía en la puerta rodeado por un aro de metal; no había embellecedores ni tornillos a la vista, por lo que sería preciso romperlo del todo ante la imposibilidad de desatornillarlo. Lo intenté con unas tijeras que encontré en el botiquín y que suponían el objeto más contundente del que disponía allí dentro. Pero tras más de una hora de arduo trabajo y después de doblar ambas hojas de la tijera, comprendí que jamás lo conseguiría mediante aquel primitivo sistema. En un acceso de furia golpeé el pomo con la báscula del baño con tan mala suerte que la hice añicos sin apenas arañar la superficie del tirador. Me senté en el retrete intentando tranquilizarme y dispuesto a buscar una solución lógica y viable, que seguro que con la paciencia y serenidad necesarias encontraría. Pensé que tal vez lograría desencajar la puerta, pero por algún misterioso nuevo mecanismo las bisagras no estaban a la vista, debiendo estar escondidas en el interior desde donde, sin duda, desempeñarían de igual modo su función.
   “Desesperado me levanté y golpeé repetidamente la puerta con el hombro y a patadas intentando forzarla o derribarla. Pero al poco caí en la cuenta de que abría hacía dentro, con lo que golpearla desde el interior era del todo inútil y una absurda pérdida de tiempo y energía. Tampoco tenía ningún objeto que utilizar como palanca, aunque creo que tampoco hubiera servido de mucho ya que las ranuras eran tan delgadas que apenas hubiera podido introducir algo entre ellas.
   “Para colmo recordé que al elegir los sistemas de seguridad para la casa, había decidido poner alarma en todas las ventanas, puerta exterior blindada y puertas interiores especiales a prueba de ruidos y con cortina metálica antiincendios en toda la casa. Estaba atrapado. Comprendí que había caído en mi propia trampa y que, por mí mismo, no tenía posibilidad alguna de salir de aquí dentro. También era del todo inútil gritar o intentar hacer ruido ya que la casa se asentaba en una zona residencial de reciente construcción y mi chalet era el primero en habitarse, por lo que en toda la zona no había nadie que pudiera escuchar mi llamada por mucho jaleo y ruido que organizase.
   “Así las cosas, mi única esperanza residía en que mi amigo Javier no se olvidara de regar las plantas y regresara pronto a casa, o que Marta me llamase y preocupada porque no contestara a sus llamadas, avisara a alguien o decidiera ella misma regresar por su cuenta antes de tiempo. Nadie más sabe que estoy aquí y en la oficina, por supuesto, no me esperan hasta el 1 de Agosto.
   “Estoy agotado. Voy a intentar dormir un rato. No sé qué hora es ya que me he dejado el reloj en la mesita de la habitación y no dispongo de ninguna radio o transistor aquí dentro. El baño es interior por lo que no dispone de ventana alguna con la que hacerme una mínima referencia de qué hora aproximada será en el exterior. Ya he perdido la noción del tiempo y eso que creo que no llevo aquí ni siquiera un día completo. El interruptor de la luz está fuera y no puedo apagarla, así que para dormir y poder hacerme también una referencia imaginaria del ciclo noche día, no me queda otro remedio que aflojar o quitar la bombilla.
   “Mi estancia aquí se antoja complicada. Sólo espero que no dure demasiado.



Día 17 de Julio

“He decidido imponerme un horario, imaginario, claro está, y hacer un inventario del material del que dispongo.
   “En el primero he confeccionado una pequeña lista en la que me he autoimpuesto una hora, aproximada por supuesto, de ejercicio diario, una ducha, un afeitado, un cepillado de dientes, aunque no haya mucho que limpiar, y un rato de trabajo en este diario para mantener así la frescura y agilidad mentales.
   “En el segundo, aparte de los objetos indispensables en un botiquín, tales como algodón, antisépticos, alcohol, tiritas, vendas, tijeras, agua oxigenada…, he apuntado aspirinas y un sinfín de pomadas, pastillas y cápsulas y píldoras de todas las formas, tamaños y colores imaginables. En el armario he encontrado pasta dentífrica, cepillos de dientes, un tubo de vitamina C efervescente, leche de belleza corporal, compresas, papel higiénico, una caja de polvos de talco (no mágicos, por desgracia), colonia, perfumes, loción para después del afeitado, espuma de afeitar, cepillos, peines, bastoncillos para los oídos, pinzas, champú, gel para el baño, desodorante, esponjas, crema de zanahoria para el cutis, pomadas de lanolina, crema vitaminada para las manos, loción proteínica, barras de labios y lápices de ojos, pintauñas y maquillaje.
   “Poco más. Esta es mi isla y estos los restos de mi naufragio. Por lo demás, tengo un hambre atroz y si Javier tarda mucho en volver tendré que echar mano de toda esa cantidad de proteínas y vitaminas de los productos mencionados; sin duda alguna todo ello tiene que ser por fuerza alimenticio. Pero mi supervivencia no me preocupa. Como mucho tendría que pasar aquí dos semanas y un cuerpo humano es capaz de soportar ese tiempo, y aún más si fuera necesario, sin alimento; proezas mayores se han conseguido. Otra cosa sería la ausencia de agua pero, afortunadamente, dispongo de todo el líquido elemento del mundo en mi isla.
   “He de intentar hacer una vida ordenada y racional.

                                              * * *

“El hambre me devora por momentos. ¿Por qué no habré podido quedarme encerrado en la cocina? Allí tendría galletas, latas de conserva, patatas, huevos, legumbres, fruta… y una buena ventana desde la que pedir auxilio.
   “Al menos aquí dispongo de una buena dosis de alcohol si quiero pillar una buena borrachera. Ni siquiera soy capaz de hacer un chiste en condiciones. Ya sé que este alcohol no es apto para el consumo…
   “El que  no se consuela es porque no quiere, a falta de pan buenas son tortas, Dios aprieta pero no ahoga…
   “El refranero popular tiene respuesta para todo.



Día 18 de Julio

“He tomado una aspirina ya que me dolía insufriblemente la cabeza. Debe de ser la adaptación al medio, a este nuevo entorno. He vuelto a intentar forcejear con la puerta, pero sin resultado favorable. No sé porque me he permitido derrochar más energías; sabía de sobra que el esfuerzo sería en vano. Debe tratarse de eso que llamamos instinto de supervivencia… o quizás que los humanos somos los seres más cabezotas del mundo y no nos resignamos a darnos por vencidos aún a sabiendas de que la partida esté ya perdida de antemano.

                                                * * *

   “Esta noche he soñado con Robinson Crusoe. ¿Por qué no? La similitud es más que notable.



Día 19 de Julio

“He perdido parte del optimismo y esperanza que albergaba. Javier ha debido de venir a regar las plantas, pero me encontraba adormilado y cuando me he percatado de ruidos en el exterior, él había encendido el equipo estereofónico del salón a todo volumen, así que han sido inútiles todos mis gritos y esfuerzos por llamar la atención. No me explico cómo no se ha dado cuenta de que la luz del cuarto de baño estaba encendida. Quizás ni siquiera ha mirado en esta dirección. Me encontraba maldiciendo y lloriqueando mis desgracias cuando he caído en la cuenta de que la música había cesado y la puerta se la calle se ha cerrado de un golpe antes de que me diera tiempo a llamar a mi amigo.
   “Así que Javier se ha ido sin enterarse siquiera de que yo estaba aquí. Pero eso no es todo. Ojalá todos mis males quedasen ahí. Un rato después he abierto el grifo del lavabo para llenar un vaso de agua y… nada. Imaginaos mi estupor al comprobar que no salía ni una sola gota. El muy idiota ha debido de cerrar la llave general de paso después de regar las plantas…
   “Debería haber previsto una situación similar, debería haber imaginado todas las situaciones posibles, haber estado preparado ante cualquier emergencia o contingencia. Tendría que haber llenado la bañera o el lavabo de agua por si acaso, asegurando así mi supervivencia. Pero no. Estaba muy ocupado redactando estúpidos inventarios y haciendo flexiones en lugar de intentar pensar en imprevistos. Aunque de todos modos, ¿alguien hubiera podido imaginar algo parecido? En fin… al menos aún dispongo de unos cuantos litros acumulados en la cisterna.
   “Suficientes espero…

                                                 * * *

   “He notado que he adelgazado un poco, hecho en el que no había reparado hasta hace un momento. ¿Vine ya más delgado de la playa o verdaderamente estoy empezando a perder peso? Probaré a tomar un poco de crema de zanahorias para el cutis. Mi estómago pide alimento a gritos y no creo que en estas circunstancias vaya a protestar por ello. Ni a diferenciar cualquier potingue del caviar.
   “La comida, aunque algo insulsa, parece haberme sentado bien. Al menos no he notado ningún síntoma perjudicial.



Día 20 de Julio

“O eso creo. Ya os he dicho que no tengo reloj, ventana ni cualquier otra manera de tener una referencia del paso del tiempo, así que mis cálculos de los días son mentales… y supongo que más o menos acertados o equivocados.
   “Tengo una noticia nueva. Hace un rato ha entrado una inquieta y vivaz cucaracha por la pequeña rendija de debajo de la puerta. Ha escudriñado toda la estancia y después intentaba volver sobre sus pasos y marcharse, pero lo he impedido colocando encima de ella un vaso boca abajo.
   “Ahora ya estamos todos. La isla desierta, Robinson Crusoe y mi fiel Viernes.
   “Un dato curioso. Si en verdad hoy es 20 de Julio, es viernes.



Día 21 de Julio

“Le he dado un pequeño trago a la botellita de alcohol para ver si me podía devolver, al menos en parte, la euforia perdida. Pero he tenido que escupirlo…
   “Al poco he caído en una circunstancia un tanto extraña o anómala. El teléfono no ha sonado ni una sola vez durante todos estos días de encierro. Eso quiere decir que Marta no se ha acordado demasiado de mí. Debe de estar pasándolo de maravilla en el mundo abierto.
   “Aunque quizás el teléfono no funcione… o tal vez la línea telefónica…
   “El que no se consuela, sin duda, es porque no quiere…



Día 22 de Julio

“Dicen que el hombre es el animal más inteligente de la creación. Siempre dudé de tal afirmación. Pero en mi caso queda comprobado que es totalmente falsa. Lo juro y lo rebato con quien quiera.
   “Esta mañana me he levantado con náuseas en el estómago y he vomitado. Más que vomitar, he dado unas cuantas arcadas. Supongo que a mi cuerpo le quedaba ya más bien poco de la suculenta cena de anoche. Pero aquí viene lo bueno; instintivamente he tirado de la cadena, desperdiciando así la preciosísima cantidad de agua que aún conservaba para mi supervivencia.
   “Después me he dado cabezazos contra la pared durante un cuarto de hora más o menos. Tengo la frente hinchada y amoratada. Pero el dolor era lo que menos me importaba. Ahora siento un dolor aún más agudo que me lacera el corazón. Empiezo por primera vez a temer en verdad por mi vida…
   “Soy un estúpido, un perfecto ESTÚPIDO con mayúsculas…

                                                * * *

   “He ingerido la mitad del tubo de pasta dentífrica y casi todo el bote de loción proteínica. Estaban buenos, aunque al pronto he empezado a sentir unos agudos retortijones en el vientre. He tenido que defecar en el bidé. No quería hacerlo en el wáter en previsión de que, como último recurso, tenga que llegar a utilizar el agua estancada de ese sucio agujero. Me duele el estómago. Seguramente nuestra raza no está habituada a ciertos alimentos típicos de esta isla. Lo que daría por un pequeño trozo de pan…



Día 23 de Julio

“El tiempo parece haber empeorado de manera brusca. Se avecina una tormenta tropical…
   “He desayunado leche corporal y el resto de loción proteínica. El sabor me gusta, aunque un poco de sal no le vendría nada mal. He dado también a Viernes su ración correspondiente…
   “Tengo una sed abrasadora y un hambre atroz…

                                                  * * *  

   “El teléfono no suena. Sin duda el servicio telefónico aún no ha llegado a este rincón del mundo…
   “Trato de enseñar a Viernes algunas palabras sencillas, pero con escaso resultado. No está muy por la labor…

                                                  * * *

   “Cada vez tengo menos fuerzas… y menos ganas…



Día 24 de Julio

“La comida de hoy no ha sido mala del todo, aunque es cierto que he degustado mejores platos. Pero teniendo en cuenta que aquí los restaurantes brillan por su ausencia, no estoy en condiciones de quejarme. Ha consistido en crema vitaminada para las manos de primero, polvos de arroz con leche, de uso ignorado para mí, de segundo y un estupendo champú de avena de postre. Todo ello regado con un par de tragos de la mejor cosecha de agua del mejor retrete de la isla…
   “El estómago me sigue doliendo. Parece que tuviera un perro rabioso royéndome dentro. Me he tomado una aspirina y parece que el dolor se ha amortiguado un poco. Tengo pastillas como para mantenerme drogado un mes. Como último recurso…

                                                  * * *

   “Río y lloro a intervalos más o menos definidos. Creo que estoy empezando a conocer de cerca el rostro de la locura. Pero no quiero abandonarme, aún debe haber esperanza…



Día 25 de Julio

“Me he despertado creyendo oír la sirena de un barco. Pero me parece que tan sólo ha sido una falsa alarma ya que he permanecido atento durante largo rato y no he vuelto a escuchar nada más…

                                                   * * *
   
   “He tomado dos aspirinas para aliviar los fuertes dolores de cabeza y vientre. Para pasarlas he tenido que beber otro trago de agua del oscuro agujero. Casi vomito…
   “Cada vez huele peor…
   “Pero al final he podido contenerme y el agua y las aspirinas parecen haber hecho su efecto…
   “Además no puedo permitirme desperdiciar un solo trago…
   “Por muy mal que huela, es lo único que tengo… y cada vez queda menos…

                                                       * * *
    
   “He recordado la película Viven. La puñetera memoria es a veces burlona y cruel…
   “¿Sobreviviré al igual que ellos?
   “Como no me devore a mí mismo…



Día 26 de Julio

“Apenas puedo dormir. Me desvanezco y al rato me despierto sobresaltado presa de atroces pesadillas. Sueño con barcos, con aviones, con hermosas palmeras repletas de deliciosos cocos, con plátanos y otras sabrosas frutas tropicales, con un lago de aguas limpias y cristalinas, con redes llenas de peces, con un fuego en la orilla y el olor de un sabroso cochinillo asado…
   “Sueño también con demonios, con muerte, con putrefacción…

                                                     * * *

   “Hace calor. Parece que suben las temperaturas…

                                                     * * *

   “He adelgazado bastante. Se me aprecian con más claridad las costillas y mi cara demacrada es el vivo retrato de una máscara de muerte…



Día 27 de Julio.

“Apoyo la cabeza contra la puerta, pero no escucho ningún batir de remos…

                                                       * * *

   “Me muero de hambre. ¿Acabaré practicando el canibalismo y devorando a mi fiel Viernes?
   “No, eso nunca. Bajo su negro caparazón late también un corazón como el mío…

                                                         * * *
   
   “Echo mucho de menos a Marta. Quiero abrazarla… me conformaría con uno sólo de sus cálidos abrazos…

                                                          * * *
   
   "Parece que sube la marea; mal asunto…



Día 28 de Julio

“He acabado con el último resto de agua de mi precioso manantial…
   “¡Lástima! Ahora que estaba empezando a cogerle el gustillo y ya no me sabía tan mal…

                                                          * * *

   “Intento enseñar a Viernes mi nombre; Ro… Bin… Son… Robinson… Cru… Soe…
   “Es muy fácil, pero no aprende. Sin duda es mucho mejor amigo que alumno. Pero parece muy vivaz. Sé que durará más que yo. Los de su raza son extremadamente resistentes…



Día 29 de Julio

“Permanezco la mayor parte del día dormido. No me quedan alimentos para ingerir y estos rollos de papel higiénico no hay manera de pasarlos sin un poco de agua…
   “Daría mi alma por una botella de buen wiski escocés…

                                                     * * *

   “Todo ha terminado… el hambre, la sed y la locura se apoderan de mí. Sólo me quedan las píldoras; píldoras de todos los tamaños y colores…
   “¿He de usarlas?
   “Al menos mitigarían el dolor y entumecerían mis sentidos…



Día… de Julio

“He decidido dejar suelto a Viernes… no quiero que me acompañe en este último viaje…
“……………………………………………………………………………...




El día 3 de Agosto, tras un doloroso entierro, Marta y Javier llegaron a casa. Una vez que se vieron libres de miradas inquisitivas y curiosas se fundieron en un abrazo que denotaba algo más que simple cariño o afecto.
   – Lo hiciste muy bien –comentó ella.
   – Fue fácil –respondió él–. Un incidente como este en el baño puede suceder. No es usual pero, desde luego, tampoco imposible. La policía comprobó que con el volumen del sonido estereofónico era imposible escuchar ningún ruido o golpe. Yo no había hablado contigo y no sabía que había vuelto. A ti te extrañó que él no te cogiera el teléfono, pero suponías que estaría muy ocupado y no le diste más importancia. Sin duda que han sospechado, pero no tienen ninguna prueba. Ahora debes vender esta casa y nos iremos a vivir lejos, donde nadie nos conozca.
   – ¿No tuviste ningún remordimiento ni momentos de vacilación o dudas? –preguntó Marta–. En el fondo era tu amigo.
   – Sí. Y también un cerdo cabrón. Cree que nunca supe nada de lo de mi mujer, su guapísima secretaria. Pensó que me había engañado como a un vulgar pardillo. Siempre se creía el mejor en todo. Jamás valoró en nada nuestra amistad, sólo pensaba en sí mismo. En el fondo me da algo de pena. Pero en fin, ya está hecho. Ahora ya podemos ser felices sin necesidad de escondernos.
   – Siempre te deseé –añadió.
   – Yo también –dijo ella suspirando.
   Y ambos se dirigieron hacia la habitación de matrimonio, abrazados y besándose tan apasionadamente que no repararon en la pequeña cucaracha que cruzaba el pasillo ante ellos camino del cuarto de baño…


Juanma – Enero - 1995